by María | Abr 17, 2015 | ARTÍCULOS
Exploramos la exposición de Arco 2015 en busca de artistas y obras que reflexionen sobre los efectos de la cibercultura en la sociedad en general y en el mundo del arte, en particular. Buscamos en los escaparates de los galeristas señales de que los discursos de la cibercultura forman parte del nuevo paradigma artístico, de que los retos planteados por la convergencia digital estarán presentes en el contenido y en la forma de muchas de las obras que se dispongan a atrapar el signo de nuestro tiempo. En general percibimos los efectos de la crisis, los artistas tratan de sacar el mayor partido a su creatividad con la menor inversión posible (muchos materiales de reciclaje, papel, fotografía, pero poca innovación tecnológica o materiales caros). Sin embargo, sí encontramos señales de la influencia cibercultural en el planteamiento de varios de los proyectos artísticos más interesantes de la muestra. Algunas señales son sutiles, como lo es la obra de Pe Lang, artista suizo (nacido en 1974) conocido por su obra kinética minimalista, que destila elegancia y sensibilidad por los cuatro costados. Como muestra, su pieza Color, N◦ 1, un cuadro sonoro formado por tubos cilíndricos mecanizados y decorados con filtros de colores que al girar raspan la pared produciendo un sonido casi natural, como el de una fuente en un patio árabe, y que demuestra la hibridación entre lo tecnológico y lo orgánico en el plano de la recepción. Fig. 1. Color | nº 1, Pe Lang, 2014 Motor, aluminio, filtro de colores, partes mecánicas 110 x 110 x 4 cm O la obra del artista finlandés Matti Kujasolo (nacido en 1946),...